SANCHINARRO MARKET
International Architecture Competition - Second Prize
UN BOSQUE EN SANCHINARRO
P: ¿Cómo debería ser la ciudad para usted?
R: “No se debería poder ir de casa al trabajo sin atravesar un bosque”
Alvar Aalto
(Alvar Aalto Between Humanism and Materialism)
Cada vez es menos probable que el deseo de Alvar Aalto pueda cumplirse, especialmente en ciudades meridionales como Madrid. Para suplir esta carencia, quizá el único camino pase por la artificialización del bosque. El PAU de Sanchinarro es una porción urbana recién nacida. Un barrio que acaba de nacer de la nada, que todavía no tiene una estructura social definida. Los primeros locales comerciales están siendo ocupados. Comienza a haber vida en la calle. Para que haya vida en la calle tienen que existir los lugares donde desarrollar esa vida. Lamentablemente, la estructura urbana sobre la que se ha generado el nuevo barrio de Madrid ha potenciado la generación de exclusas privadas en el interior de las parcelas, minimizando la aparición de espacios verdes públicos. El Ayuntamiento de Madrid ha tomado una decisión de gran interés que consiste de dotar al barrio de Sanchinarro de un mercado de barrio, una alternativa al mega centro comercial que hay a la entrada de Sanchinarro. Sin embargo, la decisión de emplazar dicho mercado en una de las pocas parcelas destinadas a espacio verde público puede provocar la adopción por parte de la zona verde de un carácter residual que sea forzado por la presencia volumétrica de un edificio. Para evitar esto nuestra primera decisión consiste en trabajar sobre la parcela con las herramientas del paisajismo. El edificio no debe ser abordado desde el punto de vista de la arquitectura, sino desde el entendimiento de que la inserción del objeto edificado dotará al territorio de un nuevo carácter, de un nuevo genius loci.
Una vez asumida nuestra primera estrategia de acercamiento al problema de insertar un mercado en el embrionario parque existente en la parcela, la primera pregunta que nos hacemos es: ¿qué es lo que este lugar quiere ser? Este lugar quiere ser un parque, quiere ser un lugar donde la gente disfruta de su tiempo libre al aire libre. Todavía no lo es, es probable que no llegue a serlo nunca.
La colonización de una porción amplia de la parcela puede provocar que lo que ahora es un parque no pase a ser más que un jardín de proporción alargada como la del jardín lineal del bulevar cercano pero perpendicular a la dirección principal de éste, quedando en una posición desfavorecida para el uso como parque. Se debe intentar mantener el carácter estancial del presente parque y fijar como meta el modelo de salón urbano. Para ello se minimizará la edificación de barreras perceptivas (físicas y visuales).
Nuestra propuesta es la de no hacer un edificio. No queremos fachadas que delimiten el territorio. Debe existir una permeabilidad real a nivel de parque. Por ello, proponemos posarnos sobre la parcela de una manera permeable, en lugar de ofrecer una fachada que fije una frontera entre usos, ofrecemos un bosque (un bosquete) por el que pasear y, entre los árboles, un mercado.
COMPRAR PASEANDO
Comprar paseando, pasear y comprar, pasear, ver, oler, probar.... La compra de los alimentos como una experiencia sensorial completa. Al aire libre pero protegido. Protegido de la lluvia o protegido del sol. Pero con la experiencia térmica de la realidad estacional y climática. Cuando compras melocotones hace calor, pero estas protegido a la sombra de los árboles. Cuando compras mandarinas hace frío, huele a invierno, si hace bueno te da el sol en la cara, si llueve, estas protegido bajo los árboles pero puedes oler la lluvia.
Creemos que se ha establecido como dominante en los edificios de mercado una tipología edificatoria que obliga al usuario a tener que entrar en un uso determinado (galería comercial), que si bien es un esquema que funciona correctamente con determinados usos comerciales, en el caso de los puestos de pequeños comerciantes de materia alimentaria, se aleja del origen histórico del uso, en donde el comercio se fundía con otros usos urbanos (plaza, calle, ágora...) de manera que los comerciantes aprovechaban el flujo urbano para captar clientes. En el presente proyecto tenemos la finalidad de recuperar el funcionamiento esencial del mercado: el cliente no debiera tomar la decisión de entrar en un edificio concreto, simplemente se debe encontrar con los puestos de los comerciantes. En términos modernos, frente a Harrods, el mercado de Portobello; frente al Corte Inglés el Mercado de Sanchinarro.